22.8.08

Y de verdad sentí que, de alguna u otra manera, estaba en Fantasía...

"Entonces Bastián se puso a llorar repentinamente. Él mismo no sabía por qué. Era como si se le soltara un nudo que tenía en el corazón y se disolviera en lágrimas. Sollozaba y sollozaba sin poder parar. Doña Aiuola lo tomó en su regazo y lo acarició suavemente, y él enterró el rostro en las flores de su pecho y lloró hasta que estuvo totalmente saturado y cansado".

[La historia interminable; Michael Ende]